
«Me daba mucha rabia ver como la gente mayor desde la terraza del bar llena o aquel que iba fumando por la calle sin mascarilla se quejaba de los botellones, sin darse cuenta que ellos eran igual o peores ciudadanos»
Hoy comienza el programa «Tenemos que hablar» y no lo hacemos con cualquier persona. Es una de las miles que a lo largo de estos meses ha plantado cara a la pandemia en España, con horas extenuantes de prácticas en el hospital Universitario de León. A pesar de ser apenas estudiante de tercer curso de enfermería, con 20 años, es todo un ejemplo de juventud comprometida, trabajadora, responsable y solidaria.
Pablo se define «como una persona emprendedora, desde pequeño me ha fascinado ese mundo, es por eso mismo que siempre estoy buscando nuevas ideas y retos para superarme».
A Pablo lo conocimos en la 1a liga de debate escolar de Gijón, que en aquel entonces se integraba en las Jornadas contra el racismo y la xenofobia de la ciudad, allá por el año 2016. Su instituto, el IES Padre Feijoo, era uno de los centros innovadores que permitieron realizar la actividad, que incluía formación en comunicación, lenguaje corporal, gestión del miedo escénico, usos y cuidados de la voz, técnicas de logopedia y debates. Desde el primer momento destacó junto con su equipo, con una progresión brillante. Llegado el momento no dudó en inscribir a su equipo en la competición, que les llevaría a enfrentar en debate a varios equipo de su instituto y del IES Matajove.
¿Te ha servido participar en la liga de debate de Gijón en tu vida personal o profesional?
La actividad nos dió a mis compañeros y a mí una gran oportunidad. Yo precisamente no era una persona acostumbrada a expresarme delante de la gente, ni consideraba que fuese especialmente «diestro» con mi lenguaje corporal y luego comprobé su importancia, porque representa más de la mitad de nuestra comunicación. A día de hoy, esto me sigue ayudando en los diferentes ámbitos de mi vida, ya sea en el hospital comunicando a pacientes/familiares/compañeros o en los diferentes campos en los que me desenvuelvo en el mundo del emprendimiento.
¿Alguna anécdota de esa etapa?
Recuerdo el primer día, hicimos un simulacro de debate en el aula con reglas y tiempos, al principio me preguntaba a mí mismo: «¿Cómo voy a hacer yo esto? ¡si me quedo cortado todo el tiempo, si se me da mal improvisar y comunicar!, ¿cómo voy a participar en esto?». Pero, sin embargo, mi paso por la primera edición provocó un cambio de chip en mi mente. A nivel académico, supuso un salto cualitativo de nivel en todas y cada una de mis presentaciones en el instituto y luego también en la universidad, daba igual que fuera en castellano o inglés, ya que gracias a la liga y a la formación que en ella se da, había ganado ciertas destrezas y soltura que sin esta oportunidad que tuve no hubiese llegado a desarrollar jamás. Me di cuenta de que había perdido esa vergüenza, ese miedo y que, además, había ganado otras muchas virtudes como eran mantener atentos a los oyentes, captar su atención y transmitirles mi energía.
Y es que de ese primer debate con nervios y que parecia casi imposible, Pablo y su equipo fueron venciendo con argumentos, pruebas y una clara mejoría en su comunicación al resto de equipos. Hasta llegar a la final municipal celebrada el 31 de marzo de 2017 en un salón de actos del Ateneo de la Calzada abarrotado de alumnado, profesorado, familias, invitados estelares y un jurado de primera.

¿Consideras necesarias este tipo de actividades en el ámbito educativo?
No lo considero necesario, ¡sino obligatorio!. A día de hoy me siento un afortunado por haber recibido todas esas técnicas, toda la ayuda y conocimiento que se nos brindó. Considero que la habilidad de comunicar es algo que no te va a servir solo para ganar una liga de debate, sino que te va a permitir mejorar y progresar en muchos ámbitos de tu vida, desde retos académicos, sociales e incluso laborales. Las técnicas que se imparten, creo que son fundamentales que se adquirieran a una edad temprana, momento en el que más facilidad de adherencia tenemos a introducir nueva información en nuestra cabeza y a fomentar nuevas habilidades que se conviertan en una conducta habitual. Por ello veo fundamental impartir este tipo de aprendizaje en las aulas.
¿Qué técnica recuerdas y que te haya ayudado en tu vida personal, académica o laboral?
Recuerdo muchos de los consejos que David, Alba y su equipo nos enseñaron, descubrimos que eran realmente útiles y entonces los fui incorporando a mi día a día. David, por ejemplo, nos explicaba cómo el cuerpo detectaba una situación de estrés o huida antes de hablar y el simple hecho de beber agua antes de exponer o salir a hablar ayudaba a mi sistema a anular esa sensación de huida y estrés. Él lo relacionaba con la situación en la que si nos estuviesen persiguiendo, no nos pararíamos a beber agua, sino que seguiríamos corriendo y por ello, al parar y hacerlo, provocamos la desconexión de mi estado de alerta y esto a su vez ayuda a que el cuerpo se relaje. Otro truco que siempre pongo en práctica es buscar algo que me haga estar cómodo mientras expongo, que puede ir desde la mirada de alguien del público, hasta sostener en la mano un bolígrafo o cualquier elemento útil en mi presentación.
Y si te lo estás preguntando…. si. Pablo y su equipo ganaron y se convirtieron en los primeros campeones de debate de la ciudad. ¿Quién dijo que no se puede?
Si quieres ver esa gran final: https://youtu.be/Lu6nfX_HTqE

¿Qué consejo le darías a quien quiere mejorar su comunicación?
Pues sinceramente le diría: se tú mismo/a. ¿¡Cuánta gente está llena de vitalidad y de conocimiento a compartir y una vez que se sube al escenario se transforma en una persona parada, seria, y poco comunicativa!?; Mi consejo es que pierdas el miedo, que seas tú mismo y que comuniques con la misma alegría, tranquilidad y ganas que si estuvieras hablando con un amigo de toda la vida.
En cuanto a los espacios de ocio para la juventud o simplemente donde puedan expresarse ¿consideras que los hay o si son suficientes?
Siendo sinceros hay pocos sitios donde se pueda llevar a cabo un debate, y menos una liga de debates como tiene Gijón. Creo que este mundo tiene aún un largo camino de trabajo y desarrollo, aunque poco a poco se van abriendo puertas que antes parecían muy lejanas. Personalmente opino que una asignatura de este estilo, orientada a las habilidades comunicativas, debería ser una pieza importante de la formación académica y para ello sería necesario buscarle un hueco en el itinerario educativo de los estudiantes más jóvenes. Esta sí que sería una de las asignaturas estudiadas en el colegio que se pondría en práctica en el futuro, en muchos ámbitos de la vida, desde retos académicos, sociales y personales hasta los propiamente laborales.
Para terminar, como personal sanitario y jóven ¿qué opinión te merece el actual debate juventud-pandemia?
En un primer momento fuimos castigados excesivamente con prejuicios y encima sin datos reales que confirmaran ciertas afirmaciones que comenzaban a circular. Me daba mucha rabia ver cómo la gente mayor desde la terraza llena o quien iba fumando por la calle sin mascarilla, se quejaban de los botellones sin darse cuenta de que ellos eran igual de malos ciudadanos. Creo que malas actitudes hay en todas las edades y la generalización es algo injusto, y es lo que se ha hecho con la población joven.
Ahora mismo, mi opinión ha variado un poco: La juventud no lo ha hecho todo bien. León ha sido castigadísima por el virus y aunque es verdad que no todos los jóvenes actuamos igual, sí que debo reconocer que he visto en estos meses actitudes verdaderamente deplorables en el ámbito juvenil. He podido ver desde botellones de 60 personas debido a novatadas, fiestas de compañeros de clase que crean un brote en todo su curso e incluso residencias universitarias en aislamiento debido a la falta de cumplimiento de las normas y protocolos. Como en todo, no se puede generalizar, ya que existen muchísimas más personas que sí cumplen todas las medidas y respetan esta difícil situación, pero aún falta mucha implicación también por nuestra parte. Debemos ser conscientes de la importancia que cada individuo tiene en frenar esta situación que estamos viviendo y que si falla una parte acabamos implicados todos.

Esperamos que los consejos, experiencia y la historia de Pablo sirva para hacer justicia a toda esa juventud responsable, de desterrar la generalización, de generar conciencia a quienes no cumplen, pero sobre todo para seguir inspirándonos con ejemplos como el de él.
Que sirva esta primera publicación como homenaje para ti y todo el personal sanitario.
¡Gracias Pablo!